caminé rumbo al final de aquel corredor oscuro
sabiendo que a la orilla, habría una orilla.
en ella encontré la luz clara, ciega,
que me mostró otra orilla,
por sus eslabones bajé.
y supe que de allí no desearía volver.
lo vi allí sentado
a solas
en su soledad muchas cosas leí
y en su pequeña mano sentí
que mi soledad no era más mía.
por más verde que todo fuera
por más mío que él fuera,
él allí no era él...
y con pesar me dejé volver
por que si allá me quedara
él aquí, no sería él...
Luciana O.
(con nostalgia de su pequeña mano)
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